Ozonoterapia para úlceras

Ozonoterapia: una revolución para las heridas crónicas

El ozono es el más potente germicida (elimina cualquier tipo de bacterias, virus, protozoos u hongos).También actúa como antioxidante, inmunomodulador (estimula los glóbulos blancos, lo que aumenta las defensas del organismo ante agresiones externas como las infecciones, y la detección de células mutágenas que pueden producir cáncer o enfermedades autoinmunes); además, a nivel de los glóbulos rojos se incrementa la liberación de oxígeno generando un mayor transporte de oxígeno a las células, mejorando la función celular y la circulación en general.

BENEFICIOS DE LA OZONOTERAPIA

La ozonoterapia es una técnica que utiliza el ozono médico, una forma de oxígeno con tres átomos en lugar de dos (O3), para tratar diversas condiciones médicas, incluidas las heridas crónicas. Entre sus principales beneficios se encuentran:

Propiedades antimicrobianas: el ozono es tremendamente eficaz contra bacterias, virus y hongos, reduciendo la carga microbiana en la herida. Esta acción es crucial, ya que disminuye al máximo la posibilidad de infección, que es una de las causas principales  del retraso en la cicatrización y curación de los procesos ulcerosos de cualquier etiología (varicosa, diabética, por presión, …).

Mejora de la circulación: la ozonoterapia aumenta el suministro de oxígeno y nutrientes al área afectada, promoviendo la regeneración del tejido.

Reducción de la inflamación: el ozono ayuda a reducir la inflamación y el dolor asociado con las heridas crónicas.

Estimulación de la cicatrización: promueve la proliferación celular y la síntesis de colágeno, acelerando la cicatrización.

La ozonoterapia es una opción muy útil para el tratamiento de diversas heridas crónicas, pero debe ser realizada por profesionales capacitados y en un entorno clínico adecuado para garantizar su seguridad y eficacia.

PROCEDIMIENTO

Evaluación del paciente: se realiza una revisión completa del historial médico del paciente para identificar contraindicaciones y evaluar la idoneidad del tratamiento.

Evaluación de la herida: se examina la herida para determinar su tamaño, profundidad, grado de infección y otras características relevantes.

Preparación del profesional y del equipo: el tratamiento debe ser administrado por un profesional capacitado y certificado en ozonoterapia.

Equipo: se utiliza un generador de ozono médico que produce una mezcla precisa de ozono y oxígeno. Este equipo debe estar aprobado y calibrado para uso médico.

Limpieza, preparación de la herida y asepsia: la herida se limpia y desbrida adecuadamente para eliminar tejido necrosado, restos y signos de infección. Se asegura que el área esté lo más libre posible de contaminantes.

Administración del ozono: existen varias formas de aplicar el ozono; vía intravenosa (autohemoterapia mayor), vía rectal, vaginal o intraperitoneal con inserción previa de un catéter. En el tratamiento de heridas crónicas, la ozonoterapia se aplica de forma local mediante una bolsa hermética con un tubo que se conecta al generador de oxígeno.

Insuflación de ozono: el ozono se aplica directamente en la herida a través de una bolsa o capucha hermética que se coloca sobre la herida, o cubriendo totalmente el miembro afectado. Esta bolsa se conecta al generador de ozono médico.

Duración: se realizan 3 aplicaciones de ozono (a una concentración de entre 35-50 µg/ml) en cada sesión de tratamiento; se hincha la bolsa con ozono, se deja actuar durante 10 minutos y se vacía. Se vuelve a llenar con ozono nuevo y se repite 3 veces. Posteriormente se retira la bolsa.

Inyecciones de Ozono: en algunos casos, se puede inyectar una mezcla de ozono y oxígeno alrededor del área de la herida para mejorar la oxigenación y la respuesta inflamatoria.

Cuidados posteriores: tras la aplicación de ozono, la herida se cubre con un apósito adecuado para protegerla y mantener un entorno húmedo propicio para la cicatrización.
Seguimiento: se realiza un seguimiento regular para evaluar la respuesta al tratamiento y hacer ajustes según sea necesario.

Frecuencia del tratamiento: La frecuencia del tratamiento varía según la gravedad de la herida y la respuesta del paciente, pero generalmente se realizan sesiones de 2 a 3 veces por semana.

Evaluación continua: Se realiza un seguimiento de la evolución de la herida y una evaluación continua para determinar la necesidad de tratamientos adicionales o de ajustes en el plan terapéutico.

UTILIZACIÓN SIMULTÁNEA DE PLASMA RICO EN PLAQUETAS

El uso conjunto de ozono y plasma rico en plaquetas (PRP) en el tratamiento de heridas crónicas ofrece varios beneficios:

Aceleración de la cicatrización: el ozono mejora la oxigenación del tejido y estimula la regeneración celular, mientras que el PRP proporciona factores de crecimiento que promueven la reparación de tejidos dañados.

Reducción de infecciones: el ozono tiene propiedades antimicrobianas que combaten bacterias, virus y hongos, disminuyendo el riesgo de infecciones en la herida.

Estimulación de la angiogénesis: ambos tratamientos fomentan la formación de nuevos vasos sanguíneos, mejorando el suministro de nutrientes y oxígeno a la zona afectada.

Reducción de la inflamación: el ozono y el PRP tienen efectos antiinflamatorios, que ayudan a disminuir el dolor y la hinchazón en la herida.

Mejora de la calidad del tejido cicatricial: la combinación de estos tratamientos favorece la formación de tejido cicatricial más fuerte y funcional.

Activación del sistema inmunológico: el ozono estimula el sistema inmunológico, potenciando la respuesta del cuerpo frente a la herida.

Sinergia terapéutica: la combinación de ozono y PRP potencia los efectos de cada uno, ofreciendo una solución más efectiva que el uso individual de cada tratamiento.

EFECTOS SECUNDARIOS

El tratamiento de heridas crónicas con ozono es generalmente seguro, pero puede tener algunos efectos secundarios. Estos pueden incluir:

Irritación de la piel: puede causar enrojecimiento, picazón o irritación en el área tratada.

Dolor leve: algunos pacientes podrían experimentar dolor o incomodidad durante o después del tratamiento.

Inflamación: en ocasiones, puede haber inflamación en la zona tratada.

Sensación de ardor: Puede provocar una sensación de ardor en la piel durante la aplicación.

Reacciones alérgicas: Aunque es raro, algunas personas pueden tener reacciones alérgicas al ozono.

Infección: si no se siguen las prácticas estériles adecuadas, existe el riesgo de infección.

Daño tisular: la exposición excesiva al ozono puede causar daño a los tejidos.

Es importante que el tratamiento sea administrado por profesionales capacitados para minimizar estos riesgos y asegurar la correcta aplicación del ozono.

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